Manuel Lapuente fue más que un técnico exitoso: representó una forma distinta de entender el futbol, basada en la disciplina y la autoridad. Bajo su mando, la Selección Mexicana vivió uno de sus momentos más memorables al conquistar la Copa Confederaciones de 1999 , venciendo a Brasil en un Estadio Azteca lleno. Un año antes, había ganado la Copa Oro , consolidándose como uno de los entrenadores más importantes del país.

Sin embargo, su estilo frontal le generó roces con los directivos del futbol mexicano , especialmente cuando intentó implementar microciclos con jugadores de la entonces Primera División. Aquella autonomía no fue bien recibida por los dueños de clubes ni por los federativos. Las tensiones llegaron a su punto máximo tras un altercado con Rafael Lebrija

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