El rugido del Autódromo Hermanos Rodríguez se escuchó hasta el cielo capitalino. El décimo aniversario del Gran Premio de México vivió una jornada inolvidable, con un mar de color papaya ondeando en las gradas y un solo nombre en boca de todos: Lando Norris, quien conquistó su primera victoria en territorio mexicano y encendió de lleno la batalla por el título mundial de pilotos.

Con 153 mil 867 aficionados vibrando el domingo y más de 400 mil a lo largo del fin de semana, el ambiente fue una fiesta total pese a la ausencia de Checo Pérez. El piloto británico de McLaren dominó la pista con una precisión quirúrgica que dejó sin aliento a los fans, sumando su sexto triunfo de la temporada y dándole a su escudería un motivo más para soñar en grande.

No te pierdas: Gran Premio de la Ciu

See Full Page