El cierre del gobierno de Estados Unidos, que ya es el segundo más largo de la historia y no tiene un final a la vista, se convierte rápidamente en una forma para que el presidente Donald Trump ejerza un nuevo control sobre el gobierno.

No siempre fue así. De hecho, todo comenzó con un intento de reforzar la observancia de la ley federal en Washington.

El fenómeno moderno del cierre de servicios del gobierno estadounidense comenzó en 1980 con una serie de opiniones legales del secretario de Justicia Benjamin Civiletti, quien desempeñó su cargo en el régimen del expresidente demócrata Jimmy Carter. Civiletti recurrió a la Ley Antideficiencia de 1870 para argumentar que la ley era “clara e inequívoca” al restringir el gasto del gobierno una vez que la autoridad del Congreso expira.

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