Junts no sólo se dispone a romper por completo con Sánchez y convertirse, sin matiz alguno, en parte de la oposición parlamentaria liderada por el PP . Los de Puigdemont van más allá: se abren a facilitar una moción de censura que derribe el Gobierno PSOE-Sumar , según ha podido saber OKDIARIO. La opción de la moción de censura ha planeado en contactos discretos que en los últimos meses han mantenido representantes de Junts y del PP, aunque las mismas fuentes reconocen que han sido «meras conversaciones» en las que los populares no se han atrevido ir más allá con los de Puigdemont. Hasta ahora, el PP ha preferido no entrar de lleno en negociar con Junts una moción de censura. Ahora Junts espera que los populares les llamen para entrar en el fondo y activar el mecanismo que permitiría echar a Sánchez de La Moncloa.
Los votos de Junts son decisivos. De hecho, gracias a ellos lleva Sánchez en el poder desde hace más de siete años. Llegó gracias a la moción de censura a la que se sumó Junts contra Rajoy en junio de 2018. Y, tras las elecciones generales celebradas desde entonces, los diputados de Puigdemont han sido claves para que Pedro Sánchez lograra la investidura.
Desde hace meses, Junts ha ido distanciándose del PSOE . En reiteradas ocasiones han reprochado a Sánchez que les haya mentido. Le arrancaron concesiones relevantes, como fueron los indultos a los cabecillas del procés encarcelados por sedición, y la posterior aprobación de la Ley de Amnistía para los implicados. Pero incluso la Ley de Amnistía tampoco satisfizo lo prometido por Sánchez a Puigdemont, porque, tal y como quedó su articulado, el líder de Junts y ex presidente catalán no ha quedado exonerado . De ahí que siga prófugo en Waterloo, ocho años después de que saliera huyendo tras la fallida declaración de independencia que proclamó desde la Generalitat.
Sánchez ha ido conllevando a Junts con promesas que ha incumplido. Y esta formación catalana ha dejado claro su malestar haciendo decaer o bloqueando relevantes iniciativas legislativas del Gobierno –es el caso de los Presupuestos Generales del Estado– e incluso apoyando propuestas parlamentarias de la derecha en contra del Ejecutivo.
Ese distanciamiento ha ido a más. Ni las mediaciones de Zapatero han logrado calmar los ánimos. Antes lo intentó el hoy encarcelado Santos Cerdán , que ejerció de privilegiado enviado de Pedro Sánchez para negociar con Puigdemont y los suyos en el extranjero.
Junts ha llegado a la conclusión de que, a la vista de las promesas incumplidas y del contexto político actual, seguir apoyando a Sánchez no le es rentable . La espesa capa de corrupción que acecha al PSOE, al Gobierno y al propio entorno familiar de Pedro Sánchez –su hermano procesado y su mujer pentaimputada– en nada ayudan a que los de Puigdemont sigan apostando por prorrogar su deteriorada confianza en el líder socialista. Tampoco las expectativas electorales de Junts en Cataluña , de cuyo gobierno autonómico, además, se han visto apartados porque ERC –competidores en el caladero de votos independentistas– facilitó la investidura del socialista Salvador Illa. Y, para rematar, avanza la competencia contra Junts por la diestra de su derecha, de la mano de Aliança Catalana . Situada a la derecha de la tradicional derecha nacionalista en la que se asienta Junts –heredera de la desaparecida Convergencia–, Aliança le come terreno.
Con todo este panorama, la pregunta que se hacen en Junts es la siguiente: ¿qué rédito político-electoral cabe esperar de prorrogar el apoyo al PSOE? La respuesta juega en contra de Sánchez. Y de ahí que entre los de Puigdemont, y él mismo, sopesen ya la posibilidad de apoyar una moción de censura con la que desalojar a Sánchez de La Moncloa.
Cosa distinta es cómo ejecutar por parte de Junts esa maniobra para derribar a Pedro Sánchez. Es decir, cómo articularla –y venderla– ante los votantes catalanes. En particular, quieren dejar claro que no unen sus votos a los de Vox. Y que tampoco es un cheque en blanco a Feijóo. «Coincidir en una votación con un partido totalmente distante no significa secundar sus tesis, eso es una obviedad, pero habrá que remarcarla si llega el caso de una moción de censura a la que se sume Junts», indican las fuentes consultadas.
Es decir, los de Puigdemont podrían incidir en dos apartados: de un lado, insistir en que su voto a favor de una moción de censura contra Sánchez en absoluto significa compartir con Vox espacio parlamentario –ni siquiera momentáneo–, sino responder al PSOE con un correctivo por sus incumplimientos; y, de otro lado, dejar claro al PP que apoyar la moción de censura que lanzara a Feijóo a La Moncloa abrirá una nueva etapa en la que los populares deberán tender puentes con Junts, normalizar las relaciones, validar a los de Puigdemont como un actor político relevante y negociar medidas que le permitan vender logros ante el electorado de Cataluña.

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