El día que Carolina comprendió que su hijo Claudio no era como los demás el silencio y la angustia fueron sus nuevas compañeras de vida. “Yo veía que mi niño no miraba a los tronos en Semana Santa, los juguetes se los compraba para tirarlos, no hablaba y no respondía a su nombre”, recuerda ahora cuando él tenía apenas tenía un año.

Carolina creía que su hijo tenía hiperactividad y los pediatras le decían lo "típico", que “cada niño va a su ritmo”, pero una voz le decía que algo no iba bien. Años después, los médicos pusieron nombre a algo que ella tenía rondando por su mente, TEA , es decir, Trastorno del Espectro Autista.

Carolina, "una madre coraje"

Carolina siempre ha sufrido por la aceptación de su hijo. “Siento decir esto, pero un chico como Claudio en muchos sitios no es

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