A diferencia de la mayoría de países del mundo, en España y en gran parte de Latinoamérica tenemos dos apellidos . Uno procede del padre y el otro de la madre. Es una costumbre tan asumida que apenas nos detenemos a pensar en ella, pero su historia es fascinante y tiene una profunda raíz cultural, especialmente vinculada a Aragón y Castilla.

Más allá de distinguir a los millones de García, Fernández, López o Martínez que hay repartidos por el planeta, el sistema de doble apellido r efuerza la identidad familiar y pone en valor la herencia materna, algo que históricamente ha sido excepcional en el mundo.

De los linajes medievales a los registros civiles

Durante la Edad Media, los apellidos no se heredaban de forma sistemática. Los hijos podían llevar el apellido del padre, de

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