Durante los últimos meses, Estados Unidos ha emitido una serie de nuevas normas para aquellos viajeros que busquen ingresar a su territorio. Estos cambios buscan un control más exhaustivo sobre quién entra y sale del país, utilizando la tecnología biométrica como su principal herramienta, y representan un desafío logístico y legal para millones de viajeros y residentes.

Históricamente, el proceso de ingreso a Estados Unidos ha requerido una visa válida (B1/B2 para turismo o negocios) o la aprobación del Sistema Electrónico para la Autorización de Viaje (ESTA) bajo el Programa de Exención de Visa (VWP), además de un pasaporte vigente. Sin embargo, la atención se ha desplazado hacia una documentación más rigurosa y una vigilancia intensificada en los puertos de entrada.

Uno de los pilares

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