Nuevos enfoques de autoconocimiento y autocuidado respaldados por la ciencia ofrecen alternativas para transformar la reacción ante situaciones que generan malestar

por INFOBAE

Sentir ira es una experiencia común y universal, con profundas raíces biológicas y sociales. Esta emoción, tan antigua como la humanidad, puede tener consecuencias negativas en la salud física y mental si no se gestiona de manera adecuada.

La ira no solo afecta el bienestar individual, sino que también puede desencadenar problemas sociales y de salud, desde conflictos interpersonales hasta un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Frente a este desafío, expertos internacionales han identificado seis estrategias prácticas y respaldadas científicamente para el control de la ira .

1- Reducir la exci

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