Con nuestro cabello es imposible vivir una tregua y poder presumir de melenaza. Con la llegada del frío, muchas notamos como el pelo comienza a perder fuerza, brillo e hidratación , mostrando un aspecto poco saludable. A pesar de que pensamos en el verano como el principal enemigo capilar, hay estaciones en los que la problemática cambia, pero no desaparece. En los meses más fríos, por ejemplo, la exposición a temperaturas excesivamente elevadas (secadores y herramientas de peinado) y bajas, puede afectar negativamente al cabello en diferentes aspectos, con independencia de los cuidados específicos que llevemos a cabo.

“El frío puede producir vasoconstricción en los vasos del cuero cabelludo, reduciendo el flujo sanguíneo que nutre los folículos pilosos y provocando que lleguen menos

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