Después de rodar dos películas emblemáticas del cine español con Marco Ferreri (El Pisito y El Cochecito), el genial guionista logroñés Rafael Azcona empezó una serie de trabajos esenciales con Luis García Berlanga: Plácido, primero y El Verdugo, después. Más adelante llegarían otras obras igualmente cruciales como, por ejemplo, la trilogía de la familia Leguineche que empieza con “La escopeta nacional” y termina con “Nacional III” en 1982.

Pero centrémonos en “El Verdugo” de 1963. Se trata de una producción hispano-italiana, de allí que el título original también sea “La ballata del Boia”, La Balada del Verdugo, título acaso un poco más poético que la sencilla versión en castellano, y de allí también que el rol protagónico lo desempeñe Nino Manfredi, estrella entonces en ascenso de la co

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