El frío apenas ha asomado por Zaragoza, pero en la plaza del Pilar ya se percibe el murmullo inconfundible de la Navidad . Las primeras piezas del gigantesco Belén tradicional han comenzado a ocupar su lugar. Y así, entre martillos, las luces que ya cuelgan también de la calle Alfonso I y el ir y venir de los operarios, el corazón de la ciudad comienza a latir con la ilusión de quienes saben que pronto el espacio se convertirá en uno de los escenarios navideños más grandes y espectaculares no solo de Aragón, sino de Europa.

El espacio reservado para este belén alcanza aproximadamente 1.200 metros cuadrados , en los que, como es tradición, se distribuirán cerca de un centenar de figuras humanas de tamaño real junto a animales y escenas clásicas de la Navidad. El montaje

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