En las últimas décadas, los cielos se han vuelto menos tranquilos. Un estudio publicado en Geophysical Research Letters reveló que entre 1979 y 2020 la turbulencia severa sobre el Atlántico Norte aumentó un 55 % . Este crecimiento está directamente relacionado con el calentamiento global, que altera la dinámica de los vientos en altura. Los pasajeros lo perciben como un fenómeno azaroso, pero detrás hay un cambio estructural en la atmósfera. La turbulencia invisible del aire claro (CAT) ha aumentado hasta un 55 % sobre el Atlántico Norte desde finales del siglo XX: lo que no se ve es hoy lo que más puede sacudir tu próximo vuelo .

Las corrientes en chorro, esas cintas de aire rápido que circulan a más de 10.000 metros de altitud bordeando los polos y las latitudes subtropicales, se es

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