Madrugones para ir a la lonja, horarios partidos, picos de demanda sin posibilidad de darse un pequeño respiro, atención continuada a la clientela... Son solo algunas de las condiciones laborales habituales del colectivo profesional que trabaja en las pescaderías. Una rutina con la que difícilmente se puede compatibilizar, de normal , la vida, como así expone el diagnóstico publicado ayer por Fedepesca dentro del proyecto Fishmongers 4 Blue Aquaculture Growth ( F4BAC ). Dos de cada tres pescaderas y pescaderos reconocen tener cargas familiares, pero paradójicamente la misma proporción no sabe qué medidas de conciliación son aplicables a su puesto de trabajo. La asociación ha lanzado el estudio junto a un plan específico de perspectiva de género con medidas para apoyar al gremio, ac

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