Quedarse sin dormir durante una noche suele percibirse como una solución temporal para cumplir obligaciones laborales o personales, pero los efectos sobre el cuerpo y la mente pueden equipararse a los de un consumo elevado de alcohol.

Según expertos citados por Healthline , tras 24 horas de privación de sueño, la concentración de alcohol en sangre es similar a un 0,10% , un nivel mayor al permitido para conducir en la mayoría de los estados de Estados Unidos. Los síntomas abarcan somnolencia, alteraciones en la percepción, reducción de la coordinación y del juicio , y empeoran rápidamente si la situación persiste.

El impacto va más allá de la simple fatiga. Según una revisión publicada en Cureus , la privación de sueño dificulta la consolidación de la memoria y afecta

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