Cuidar de los mayores mientras se crían hijos y se mantiene un empleo se ha convertido en una realidad cotidiana para millones de personas en Europa, especialmente mujeres de entre 40 y 60 años. Según un informe del Observatorio Social de la Caixa (2024), el 35% de quienes cuidan a un familiar mayor también tienen hijos dependientes, y más del 25% presentan síntomas de ansiedad o agotamiento emocional. Esta “generación sándwich”, atrapada entre dos frentes de cuidado, enfrenta un riesgo elevado de estrés crónico, insomnio y sentimientos de culpa al no poder llegar a todo.

Los expertos coinciden en que esta situación, que combina responsabilidades laborales, familiares y afectivas, puede generar un impacto notable en la salud física y psicológica de los cuidadores. El Observatorio Nacional

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