Tener ingreso no garantiza bienestar si ese ingreso se evapora en horas perdidas, servicios ausentes y oportunidades negadas. Es momento de medir lo que realmente importa: el tiempo recuperado, la movilidad que funciona, la salud que se cuida y los servicios que llegan. Desde lo local, con método y sin excusas.
He escuchado a miles de venezolanos repetir la misma frase: «no es que no trabaje, es que todo se va en llegar al trabajo». Una madre de Filas de Mariche que se levanta a las 4:30am para estar a las 8:00 en su oficina. Un comerciante de Los Teques que pierde ventas porque los clientes no pueden llegar. Una enfermera de Barquisimeto que renuncia porque el transporte se come la mitad de su sueldo.
En todos estos casos, el problema no es solo el salario. Es que ese sueldo -obtenido c

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