 
Durante años, los híbridos enchufables se vendieron como el puente ideal hacia un futuro eléctrico . Sin embargo, un nuevo estudio de Transport and Environment acaba de dinamitar esa idea: estos vehículos son casi tan contaminantes como los de gasolina. El hallazgo, basado en datos de la European Environment Agency , cambia la percepción de una tecnología que muchos gobiernos siguen promoviendo como “verde” .
El estudio analizó 127,000 autos híbridos enchufables ( PHEV ) registrados en 2023 en Europa. En condiciones reales, estos vehículos emitieron 135 gramos de CO₂ por kilómetro, mientras que los autos de gasolina y diésel alcanzaron 166 gramos. En laboratorio, los fabricantes prometían una reducción del 75 % en las emisiones. En la práctica, solo logran un 19 % menos, una cifra que pone en duda la eficacia de sus sistemas híbridos.
T&E explica que el gran problema está en el uso cotidiano. La mayoría de los conductores no recarga sus autos con frecuencia, lo que obliga al motor de combustión a trabajar casi todo el tiempo. Y cuando el motor eléctrico entra en acción, su potencia no basta para mover el vehículo en pendientes o a alta velocidad. En esos casos, el motor a gasolina entra al rescate y dispara el consumo.
Otro punto clave es el peso. Para aumentar su autonomía eléctrica , las marcas montan baterías más grandes , lo que hace que los vehículos sean más pesados y gasten más combustible. Paradójicamente, los modelos con más kilómetros eléctricos emiten más CO₂ que los de menor rango. Un golpe directo a la narrativa del “auto eficiente” que presume esta categoría.

Según los investigadores, algunos PHEV pueden consumir hasta tres litros de gasolina cada 100 kilómetros, incluso en modo eléctrico. Eso equivale a 68 gramos de CO₂ por kilómetro, más de ocho veces lo que las pruebas oficiales reportan. El problema no está en un solo modelo, sino en la forma en que los fabricantes diseñan y promocionan esta tecnología.
El informe de Transport and Environment también advierte que las autoridades deberían revisar los incentivos fiscales para los PHEV, pues gran parte de los subsidios se basan en cifras de laboratorio que no reflejan la realidad. En pocas palabras, muchos gobiernos están financiando autos que contaminan casi lo mismo que los de gasolina, solo que con un cable para enchufarse.

¿Un futuro con olor a gasolina?
Este hallazgo podría marcar un cambio en la política ambiental europea . Los investigadores piden que los híbridos enchufables se evalúen bajo los mismos estándares que los vehículos a combustión . Mientras tanto, el consumidor promedio sigue creyendo que compra un auto “ecológico” que, en realidad, no lo es tanto.
La polémica vuelve a poner sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿los híbridos enchufables son una solución o solo una distracción en la transición hacia la movilidad eléctrica total? T&E no deja dudas: si no se recargan con frecuencia, su impacto ambiental es casi el mismo que el de un sedán tradicional.

Al final, el estudio deja claro que el camino hacia un transporte limpio no pasa por los híbridos enchufables, sino por una adopción completa del auto eléctrico real, respaldado por una infraestructura de carga accesible y políticas públicas coherentes. De lo contrario, el futuro seguirá oliendo a gasolina.

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