De sonrisa franca, palabra firme y compromiso con la gente, Juan Salgado Brito fue un hombre que supo construir su destino con esfuerzo, disciplina y amor por su tierra. Desde su natal Temimilcingo, en Tlaltizapán, hasta ocupar la Secretaría de Gobierno del Estado de Morelos, su historia es la de un morelense que nunca perdió el vínculo con sus raíces ni la sencillez que lo caracterizaba.

“En ocasiones, la necesidad hace que seas adulto desde niño”, escribió alguna vez. Y en su caso fue literal: trabajó desde pequeño ayudando a su familia, ya fuera en el campo o vendiendo chicles en el Zócalo de Cuernavaca. De esa etapa nació su sensibilidad social y su convicción de que la dignidad del trabajo es el primer peldaño de la justicia.

Su madre fue su guía más profunda. A ella le agradeció ha

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