Colillas de cigarros, rastros de humedad, escorrentías de agua, escombros, polvo... Muchos elementos que no tenían que estar en el entorno de las pinturas murales de Sijena y que los técnicos del Gobierno de Aragón encontraron en sus exploraciones in situ en la sala 16 del MNAC que acoge las piezas aragonesas. Unas obras que tienen que volver a la comunidad, tal y como dicta la sentencia, pero que siguen en el museo catalán. La DGA, amparada en varios informes técnicos que ha presentado este martes, ha denunciado la dejadez de la instituación catalana en la conservación de los bienes de Sijena y "la fuerte contaminación" que rodea a las piezas.

Las exploraciones de los técnicos del Gobierno de Aragón, que tuvieron lugar el pasado mes de julio, revelan una cantidad notable de elementos

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