La Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud), el órgano clave para la vigilancia y el control del sistema de salud colombiano, se ha convertido en un epicentro de inestabilidad administrativa, una situación que agrava el ambiente de crisis y tensión que vive el sector. El último episodio de esta crónica de relevos fue la posesión del doctor Bernardo Camacho Rodríguez como nuevo Superintendente Nacional de Salud , un nombramiento que se oficializó el 28 de octubre tras una vertiginosa racha de movimientos en la alta dirección.

La llegada de Camacho busca poner fin a una seguidilla de salidas y encargos fugaces que han minado la gobernabilidad de la entidad. El clímax de esta volatilidad se vivió a mediados de octubre, cuando el entonces superintendente, Giovanni Rubiano García

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