La chapulineada en el estado anda más ocupada en la siguiente elección, que en la siguiente generación.

Así es querida flota, como si fuese temporada de lluvias copiosas, chapulines de todos colores se aparecen hasta en la sopa.

Los interesados usan espectaculares, bardas, panfletos, entrevistas, sondeos y toda suerte de llamarada de petate que llame la atención para posicionarse anticipadamente ante el respetable, por lo que se ofrezca en las todavía lejanas elecciones de 2027.

Los llamados al orden por parte de las dos jefas, la federal y la estatal, no surten efecto. La primera no tiene cara porque ella misma se burló de los lineamientos mucho antes de los tiempos legales; la segunda dio banderazo de salida cuando aun ni digeríamos la presidencial del 2024.

Aparte de no hacerles cas

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