CARACAS (AP) — La Asamblea Nacional de Venezuela aprobó el martes por unanimidad declarar persona non grata a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, al considerar que la mandataria formaría parte de un plan sistemático para “agredir y atentar” contra la soberanía y la paz del país.

La declaración fue avalada un día después que el presidente Nicolás Maduro anunció su decisión de suspender los acuerdos de explotación de gas con Trinidad y Tobago en respuesta a lo que consideró una postura “hostil” de la primera ministra en un momento en que un destructor estadounidense se encuentra en la capital de la vecina nación caribeña.

“Esa señora está permitiendo que Trinidad y Tobago sea utilizado como un portaaviones contra Venezuela”, dijo Jorge Rodríguez, cercano colaborador de Maduro y presidente del Poder Legislativo venezolano.

La tensión entre ambos países se acrecentó luego de la llegada el domingo a la capital trinitense del USS Gravely, un destructor con misiles teledirigidos.

Funcionarios trinitenses y estadounidenses indicaron que el enorme buque de guerra permanecerá en Trinidad y Tobago hasta el jueves de manera que ambos países puedan llevar a cabo ejercicios de entrenamiento.

Venezuela y Trinidad, que en la década de 1990 firmaron el Tratado de Delimitación que establece los términos sobre la forma de explotación de cualquier yacimiento de hidrocarburos en ambos lados de la línea fronteriza, suscribieron en 2015 un acuerdo para la explotación conjunta de yacimientos comunes, entre otras medidas para impulsar proyectos binacionales.

El lunes en un correo electrónico enviado a The Associated Press, horas antes de la suspensión del convenio, Persad-Bissessar dijo no estar preocupada por la posible cancelación del acuerdo energético, y añadió que los ejercicios militares son exclusivamente para fines de “seguridad interna”.

“Nuestro futuro no depende de Venezuela y nunca lo ha hecho”, escribió la primera ministra.

Desde la llegada al poder de Persad-Bissessar la relación bilateral se ha deteriorado, particularmente después de que el 3 de octubre la primera ministra del país caribeño elogió el ataque estadounidense a un barco sospechoso de transportar drogas y dijo que todos los traficantes deberían ser asesinados “violentamente”.

El presidente Donald Trump indicó entonces que 11 personas murieron a bordo de la embarcación que partió de Venezuela.

Desde septiembre, las fuerzas militares de Estados Unidos han implementado una serie de ataques contra presuntas embarcaciones de contrabando de drogas en el mar Caribe, incluidos al menos cuatro botes que partieron de Venezuela.

Esos ataques siguieron al despliegue de buques de guerra de Estados Unidos en aguas frente a Venezuela, en el marco de lo que Trump dice que es un empeño para combatir las amenazas de los cárteles de drogas latinoamericanos.

Maduro sostiene que Trump podría ordenar una acción militar para intentar derrocarlo. Trump ha acusado a Maduro —sin proporcionar pruebas— de ser uno de los mayores narcotraficantes del mundo.