En apenas 15 días –con un revés mayúsculo de por medio en las urnas–, Daniel Quintero pasó de hacer campaña por la consulta del Pacto Histórico y ser su más efusivo promotor, a desdeñar del proceso y casi que desconocerlo.

El exalcalde de Medellín, quien se jactaba de ser el ungido del presidente Gustavo Petro y su más avezado adepto – “Si es con Petro, es con Quintero”, decía–, ahora busca desligarse del propio Pacto Histórico y montar rancho aparte.

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Todo con tal de poder validar su aspiración presidencial y hacerle el quite a la norma electoral que impide que un mismo candidato participe en dos consultas interpartidistas en un mismo certamen electoral, te

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