El asesinato de José Johnny Esqueche Ningles, un conductor a manos de sicarios en Ventanilla, ha desatado la indignación de más de 800 transportistas. Este hecho ha llevado a una paralización de sus operaciones en protesta por la creciente ola de violencia y extorsión, que persiste a pesar del estado de emergencia declarado en la región. La protesta comenzó en la madrugada, bloqueando la avenida Gambetta, una de las principales vías del puerto del Callao. Los transportistas exigieron la presencia de autoridades, criticando la falta de acción frente a la inseguridad. Un transportista expresó su frustración: "Quince días tienen el poder del Señor, más de cien muertos. Y acá en el Callao estamos cansados que nos extorsionen y nos maten a cada rato". La situación se tornó tensa cuando los manifestantes se enfrentaron a la Policía Nacional del Perú (PNP), que intentó despejar las vías bloqueadas. Testigos informaron que la violencia se prolongó por varios minutos, y algunos conductores obligaron a los pasajeros a descender de los buses. Las empresas de transporte afectadas, como Pachacútec, Satélite, Aries y Sarita, suspendieron sus servicios en las rutas entre Lima, Ventanilla y Callao. Los pasajeros quedaron varados, generando largas filas y aglomeraciones en los paraderos. Los manifestantes también criticaron al alcalde de Ventanilla, Jhovinson Vásquez, pidiendo su presencia con soluciones concretas. Un transportista afirmó: "Queremos que el alcalde venga, así como inaugura parques y veredas. Que venga y nos diga cuál es la solución, porque el estado de emergencia es un fracaso total". La extorsión diaria por parte de bandas criminales es uno de los puntos más preocupantes. Los transportistas reportan que se les exige entre 10 y 40 soles por unidad. Un conductor comentó: "Nos piden dinero cada día. Si no pagamos, matan. ¿Qué comemos nosotros? ¿Qué llevan nuestros hijos a casa?". La protesta se mantuvo firme, con un mensaje claro: "No nos vamos a mover hasta que nos den seguridad. Mañana puede ser otro chofer. Ya no queremos más muertes". La situación en Ventanilla refleja un creciente descontento ante la inseguridad y la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades.