Cero dimisiones. Cero responsabilidades. Lo único que vemos, es un infame partido de tenis -se pasan la pelota unos a otros- y recriminaciones de patio de colegio, “y tú más”.

Al tremendo desamparo de los primeros días, tenemos que sumarle la ignominia de no poder hacer ni siquiera una manifestación, porque un bando y el otro, solo están pendientes de culpar al contrario y exonerar de toda responsabilidad al suyo. Esto no solo es estúpido. Es contraproducente, porque esa sinrazón, sirve a los responsables de uno u otro bando, para ser exonerados de toda responsabilidad. La rabia con la que pretenden rebatir cualquier argumento o dato delata su frustración interna. Unos son conscientes de que se les abandonó como al resto, pero no pueden admitirlo, porque sería como abrir los ojos y no qui

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