La clase media-alta no siempre se distingue por ostentación o lujo evidente. Muchas veces, su posición económica se manifiesta en la manera de hablar , en la selección de palabras y en los supuestos que se dan por sentados. Las conversaciones informales pueden mostrar privilegios de forma sutil , sin necesidad de mostrar marcas caras o coches de alta gama.

Cabe remarcar que este fenómeno no implica necesariamente arrogancia o intención de impresionar. Se trata más de una normalización de la comodidad y los recursos disponibles .

¿Cuáles son las frases que las personas de clase media-alta repiten a menudo?

Estas frases presentadas a continuación, si son repetidas con frecuencia, funcionan como un pequeño reflejo de la clase media-alta y revelan diferencias que muchas veces pasan desapercibidas.

1. «Renovamos la casa porque ya no nos identificaba»

Para quienes pertenecen a la clase media-alta, cambiar la decoración o renovar un hogar puede ser una decisión rutinaria. Frases como «decidimos reformar, ya no nos sentíamos cómodos» parecen neutras, incluso normales, pero esconden un trasfondo económico importante.

No todos tienen la opción de modificar su vivienda. Muchas familias deben conformarse con lo que tienen: grifos que gotean, pintura desgastada y muebles heredados o de segunda mano. Para la clase media-alta, actualizar un espacio es un lujo posible , no un gasto imposible.

El mensaje implícito es el siguiente: «Podemos cambiar nuestro entorno cuando queremos, porque tenemos los recursos para hacerlo». Esta forma de hablar refleja una visión del mundo donde la comodidad y la elección van de la mano , algo que no es universal.

2. «Le pedí al asistente que se hiciera cargo»

Mencionar a un asistente, un empleado o una empleada puede parecer una cuestión de eficiencia, pero en la práctica es un indicador de privilegio. Para la clase media-alta, delegar tareas cotidianas es habitual y aceptado.

Quienes no cuentan con ayuda externa gestionan personalmente correos, trámites y recados. Escuchar a alguien referirse a un asistente revela la normalización de un recurso que para otros es inaccesible. No es un acto de arrogancia, sino una manifestación de la capacidad de externalizar inconvenientes.

Lo que realmente comunica aquí este estrato social es: «Podemos delegar tareas porque no dependemos de hacer todo por nuestra cuenta». La frase refleja así un acceso a la organización y la comodidad que muchas familias no tienen.

3. «A nuestros hijos queríamos darles experiencias, no sólo cosas»

Esta frase se relaciona con la educación y la crianza, pero también con los recursos disponibles. La clase media-alta suele invertir en actividades que amplían el horizonte de los hijos: cursos de idiomas, música, viajes o campamentos en el extranjero .

Aunque la intención pueda ser educativa, la expresión transmite un mensaje económico implícito. Lo que para unos es una experiencia enriquecedora, para otros sería un lujo inalcanzable.

La frase sugiere que gastar en vivencias es moralmente superior a gastar en bienes materiales, aunque ambas opciones requieren dinero.

Lo que aquí se quiere expresar realmente por parte de esta clase social es que: «Podemos ofrecer a nuestros hijos oportunidades que otros no podrían permitirse». Este tipo de expresiones refleja la capacidad de moldear experiencias personales y educativas a partir de recursos disponibles.