Insistamos en principios cardinales de todo Estado de derecho, como se supone que lo son Colombia y los Estados Unidos.

Según sus postulados, las personas están sometidas a las leyes, no al capricho de los gobernantes. La normatividad contempla los delitos y señala las penas, y son los jueces quienes definen si hay o no responsabilidad penal y, si la hay, imponen la pena correspondiente. Esa es una garantía de primer orden, en cuya virtud todos los habitantes, aunque deben responder y ser sancionados por sus faltas, están resguardados contra la arbitrariedad.

La presunción de inocencia, que consignan tanto las constituciones políticas como el Derecho Internacional, es principio esencial, inherente a la dignidad de la persona humana. Por tanto, un derecho fundamental de todos, sin discrim

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