Las suscripciones están presentes en casi todo lo que se consume y van mucho más allá de las plataformas de series o música. Permiten, por ejemplo, tener acceso inmediato a comida preparada, software de trabajo o videojuegos. Este modelo de pago periódic o funciona por comodidad y porque sustituye la propiedad por el uso : en lugar de comprar productos para tenerlos, se paga por disfrutarlos mientras se necesiten. La posesión deja de ser el objetivo y se convierte en un trámite que el usuario evita a cambio de disponibilidad constante.
Casi cualquier servicio puede adaptarse a este sistema de acceso continuado. Ese principio de consumo sostenido ha inspirado incluso a empresas espaciales que ven en el cielo una fuente nueva de negocio , una idea que ha tomado forma en California y que pronto podría verse reflejada en el firmamento.
Una empresa californiana planea iluminar la Tierra desde el espacio bajo demanda
Reflect Orbital , la empresa fundada por Ben Nowack, propone vender luz solar por suscripción . Su proyecto consiste en colocar miles de espejos en órbita para reflejar la luz del Sol hacia zonas concretas de la Tierra . Según informó Space.com , la compañía ha solicitado una licencia a la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos para lanzar en abril de 2026 un satélite experimental de 18 por 18 metros llamado EARENDIL-1 . La firma ya ha recibido 1,25 millones de dólares de la Fuerza Aérea estadounidense y completó una ronda de financiación de 20 millones para desarrollar su servicio de luz solar bajo demanda .
Los astrónomos expresan un rechazo frontal a la iniciativa. Robert Massey, subdirector ejecutivo de la Real Sociedad Astronómica del Reino Unido, afirmó a Space.com que “el objetivo prioritario de este proyecto es iluminar el cielo y ampliar las horas de luz y, desde un punto de vista astronómico, eso resulta catastrófico ”.
John Barentine , del Observatorio Silverado Hills, explicó al mismo medio que “el haz reflejado por estos satélites es cuatro veces más brillante que la Luna llena ” y que su impacto alcanzaría también zonas cercanas por dispersión atmosférica. Ambos advirtieron de las consecuencias que tendría sobre la observación astronómica y sobre la fauna que depende de la oscuridad.
Las preocupaciones científicas no se limitan a la luminosidad visible. Aaron Boley , profesor de astronomía en la Universidad de Columbia Británica, señaló que la empresa comete “ errores básicos o tergiversaciones deliberadas ” cuando asegura que su luz no genera contaminación. También expresó su preocupación por el número de satélites necesarios para lograr una iluminación apreciable en la superficie terrestre. Michael Brown , profesor de la Universidad de Monash en Australia, calculó que serían precisos unos 3.000 espejos para alcanzar apenas el 20% de la intensidad del Sol al mediodía .
La compañía promete limitar los efectos y asegura que su luz será tenue
La compañía insiste en que sus pruebas están diseñadas para minimizar el impacto ambiental . Un portavoz de Reflect Orbital explicó a Space.com que “ cada reflejo cubre una zona de cinco kilómetros durante un periodo limitado ” y que el resplandor sería “suave, parecido al de la Luna”.
Añadió que el espejo se inclinará tras iluminar el área prevista para evitar un exceso de luz y que los observadores solo verán un punto brillante moviéndose en el cielo. Ese control de la luminosidad forma parte de una estrategia más amplia que incluye un estudio de impacto ambiental previo al despliegue de toda la constelación.
El plan comercial incluye la venta del servicio a gobiernos, empresas agrícolas y marcas que busquen efectos luminosos singulares. Según la información publicada por Space.com , la firma ha recibido más de 260.000 solicitudes de 157 países interesadas en reservar franjas de luz orbital. Detrás de esa demanda tan amplia está el argumento de Reflect Orbital, que defiende su tecnología como un medio para a mpliar la producción solar, optimizar la agricultura y proporcionar iluminación de emergencia en situaciones de catástrofes .
La contaminación lumínica avanza sin freno y borra miles de estrellas del cielo
La polémica surge en un momento en que la contaminación lumínica crece un 10% anual en el planeta y borra de los cielos miles de estrellas visibles hace solo dos décadas. Científicos y organizaciones ambientales alertan de su impacto sobre insectos, aves migratorias y la salud humana.
David Smith , responsable de la organización BugLife , explicó a Space.com que “la luz artificial prolonga las horas diurnas y altera los ritmos biológicos de muchas especies”. Ese aumento de luminosidad artificial se agrava con los satélites en órbita baja que ya perturban las observaciones astronómicas, como los de Starlink o AST SpaceMobile.
Por lo tanto, la propuesta de Reflect Orbital va más allá de la comunicación o la observación científica. Apuesta por convertir la luz en un servicio pagado , una extensión extrema de la economía de suscripción. Si prospera, el concepto de pagar por tener claridad tras la puesta de sol transformará la idea misma de energía disponible , y su efecto podría sentirse tanto en los campos agrícolas como en los observatorios astronómicos del planeta.

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