WASHINGTON (AP) — El cierre del gobierno está teniendo un fuerte impacto mental en las familias militares del país, dejándolas sin saber de semana a semana si sus cheques de pago llegarán.

Alicia Blevins, cuyo esposo es un infante de marina, declaró que ve a un psicólogo en gran parte debido a la incertidumbre constante.

"No siento que tenga las herramientas para lidiar con esto", expresó Blevins, de 33 años, quien vive en Camp Lejeune, una base de marines cerca de la costa de Carolina del Norte. "No quiero descargar todo esto sobre mi esposo. Él tiene hombres a su cargo. Ya tiene suficiente con lo que lidiar".

Aunque la administración Trump ha encontrado formas de pagar a las tropas dos veces desde que comenzó el cierre el 1 de octubre, el proceso ha estado lleno de ansiedad para muchos estadounidenses en uniforme y sus seres queridos. Ambas veces, quedaron en suspenso hasta el último minuto.

Cuatro días antes de que los cheques de pago debieran salir el 15 de octubre, el presidente Donald Trump ordenó al Pentágono usar "todos los fondos disponibles" para asegurar que los militares reciban su dinero. Con el próximo día de pago acercándose el viernes, la Casa Blanca confirmó el miércoles que había encontrado el dinero.

La administración Trump planea mover alrededor de 5.300 millones de dólares de varias cuentas, con aproximadamente 2.500 millones provenientes de la ley de recortes de impuestos y gastos que Trump firmó este verano.

Pero la búsqueda de fondos solo puede durar un tiempo.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó el domingo en "Face the Nation" de CBS que el gobierno pronto se quedará sin manera compensar al ejército y que para el 15 de noviembre, las tropas "no podrán recibir su pago".

La incertidumbre ha estado alimentando el resentimiento entre las familias de los aproximadamente dos millones de miembros del servicio activo, miembros de la Guardia Nacional y reservistas. Hay un refrán común de que los militares están siendo usados como peones.

Pero Jennifer Bittner, cuyo esposo es un oficial del ejército, señaló que eso le da demasiado crédito al Congreso.

"Para ser usado como peón te tienen que tomar en cuenta", comentó Bittner, de 43 años, de Austin, Texas. "Y ni siquiera nos toman en cuenta, para nada".

La hija de 6 años de Bittner está usando tres inhaladores en este momento porque tiene asma de alto riesgo, además de un resfriado. Cada dispositivo requiere un copago de 38 dólares en la farmacia. El hijo severamente autista de Bittner requiere pañales que cuestan 200 dólares al mes, y ella a veces tiene que negociar con el seguro militar para cubrir el gasto.

Ella se preocupa por esos costos, así como por la hipoteca y los comestibles para su familia de cinco.

"Es mental y a veces físicamente agotador preocuparse por esto", sostuvo Bittner sobre la posibilidad de que su esposo no reciba un cheque de pago, mientras señala que los miembros del Congreso todavía están recibiendo su pago.

Mochos militares activos viven de cheque en cheque y sobreviven con solo un ingreso. Incluso cuando reciben su pago, el cierre está profundizando la tensión financiera que enfrentan muchas familias, aseguró Delia Johnson, directora de operaciones de la organización sin fines de lucro Military Family Advisory Network.

Los cheques de pago del 15 de octubre llegaron días después de lo habitual para muchas personas con depósito directo anticipado en sus cuentas bancarias, impidiéndoles pagar facturas a tiempo y obligando a algunos a pagar cargos por demora o acumular deudas, dijo Johnson. Los efectivos en servicio activo también pueden estar lidiando con el gasto adicional de mudarse de una base a otra, lo cual según ella ocurre para aproximadamente 400.000 hogares militares cada año.

Y muchos cónyuges militares pierden sus trabajos debido a la mudanza o están subempleados por las frecuentes reubicaciones, aseveró Johnson. Los reembolsos por costos de mudanza están pausados para muchos durante el cierre, mientras que no todos los gastos están siendo reembolsados.

Los ejercicios mensuales de fin de semana para muchos reservistas también han sido cancelados, eliminando una parte del pago que puede ser de varios cientos de dólares cada mes, según activistas. Además de ayudar con las hipotecas y otras facturas, el dinero de los ejercicios es utilizado por algunos reservistas para cubrir primas de seguro de salud militar, apuntó John Hashem, director ejecutivo de la Reserve Organization of America, un grupo de defensa.

"La gente depende de ese dinero", afirmó Hashem sobre el pago de los ejercicios. "La manera en que esto está durando, pareciera que dan a los militares por sentado".

La organización de reserva, junto con otros grupos, instó a los líderes en el Congreso en una carta el martes a aprobar una medida para pagar a los miembros de la Guardia Nacional y reservistas.

La tensión financiera exacerbada por el cierre llevó a la Military Family Advisory Network a establecer un programa de apoyo de comestibles de emergencia este mes. La organización sin fines de lucro manifestó que 50.000 familias militares se inscribieron en 72 horas.

Las cajas de alimentos fueron ensambladas en un almacén de Houston por la empresa de comestibles y logística Umoja Health, destacó la directora de marketing Missy Hunter, y contenían de todo, desde fideos y salsa de espagueti hasta mezcla para panqueques y jarabe.

Blevins expresó que ella y su esposo recibieron una caja, lo que les proporcionó algo de tranquilidad. Mientras tanto, dijo, su esposo sigue trabajando, llegando a casa exhausto y con una "mirada larga" en sus ojos.

La pareja se mudó a Carolina del Norte desde Camp Pendleton en California en septiembre, agotando sus ahorros. Todavía están esperando aproximadamente 9.000 dólares en reembolsos.

"Estamos constantemente revisando las noticias", manifestó Blevins. "Y mi feed de Facebook está lleno de 'es culpa de los demócratas, es culpa de los republicanos'. Y yo solo pienso, ¿no podrían dejar de echarse la culpa y resolver esto?"

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La corresponsal Lisa Mascaro contribuyó con esta nota.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.