Los datos de crecimiento de PIB en el tercer trimestre revelados el miércoles por el INE han puesto de manifiesto un cambio en el motor que mueve la economía española. El sector exterior —lo que empresas y ciudadanos exportan e importan— empieza a mostrar signos claros de agotamiento. Pero, en el mismo momento en que empieza a flaquear, el consumo de los hogares y la inversión han tomado la delantera y están impulsando el crecimiento.

La balanza de factores que explican el 0,6% que ha aumentado el PIB en el tercer trimestre —una tasa de crecimiento que sigue siendo muy superior a la de otros países del entorno europeo — tiene dos caras. Por un lado, la demanda externa (efecto combinado de exportaciones e importaciones) restó seis décimas al PIB entre julio y septiembre. Un freno al crecim

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