Emilio Tapia, empresario involucrado en dos escándalos de corrupción, se entregó este viernes en una clínica de Barranquilla. Esto ocurre tras la revocación de su libertad condicional por parte de un juez. Tapia enfrenta condenas por el Carrusel de Contratos de Bogotá y el escándalo de Centros Poblado.
El juez de ejecución de penas había firmado la orden de captura hace varias semanas, pero Tapia decidió entregarse solo ahora. Según fuentes de la Policía, el empresario alegó problemas de salud, específicamente cardiovasculares. Los agentes de la Dijín se presentaron en la Clínica Altos del Prado para notificarle sobre la orden del juez, quien determinó que Tapia no había logrado resocializarse durante su tiempo en libertad condicional.
El juez argumentó que, a pesar de haber aceptado su responsabilidad en los escándalos y recibir reducciones de pena, Tapia había reiterado comportamientos delictuales. "No puede emitirse un pronóstico fundado acerca de que el tiempo que ha cumplido en privación efectiva de la libertad es suficiente para concluir que no debe seguirse adelante con el tratamiento resocializador", indicó el juez.
Mientras se realizan los chequeos médicos, Tapia permanecerá en la clínica bajo vigilancia de las autoridades penitenciarias. Su traslado a una cárcel se llevará a cabo una vez que los médicos confirmen que su estado de salud no se verá afectado por la reclusión. Sin embargo, se anticipa que podría solicitar una reclusión especial, como en una guarnición militar o incluso en la misma clínica.
La situación de Tapia resalta la complejidad de los procesos judiciales en casos de corrupción, donde la resocialización y el cumplimiento de las penas son temas de debate constante. Por ahora, el futuro del empresario sigue en manos de la justicia y de su estado de salud.

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