Un joven contó en redes que fue al cine a ver “Soy Frankelda” , la primera película mexicana hecha totalmente en stop motion, y se encontró con una sala casi vacía: apenas tres personas en horario estelar. “Vengan a verla, en serio. Apoyen el arte mexicano”, pidió con tristeza. Pero lo que más le dolió no fue el silencio del cine, sino los comentarios en su video: “¿A quién se le ocurre estrenarla el mismo fin de semana que ‘Chainsaw Man’?” o “Que sea mexicana no quiere decir que tengamos que apoyarla”.
Entre las quejas de que “todavía no cae la quincena” y las comparaciones con estrenos extranjeros, la realidad se impuso: muchos quieren apoyar el cine mexicano, pero pocos llegan hasta la taquilla. “Frankelda” se estrenó con alma y corazón, pero parece que en México el stop motion se

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