Las declaraciones inéditas del menor responsable del asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay han revelado la escalofriante planificación y ejecución del crimen que ha sacudido a Colombia. El joven, conocido como Tianz y ya sentenciado por el magnicidio, ha compartido detalles sobre el proceso de reclutamiento y las amenazas que recibió antes de llevar a cabo el ataque, según información divulgada por Semana.
El menor, de 15 años, trabajaba en la venta de drogas en el barrio El Muelle, en Engativá, Bogotá. En su testimonio, el joven confesó que comenzó a sospechar de la naturaleza del encargo tras una conversación con alias el Caleño, quien es señalado como su contacto habitual. “Yo en ese momento ya estaba empezando a sentir algo raro con ese trabajo”, relató el menor, recordando cómo el Caleño le pidió que se preparara para una “vuelta” el 7 de junio, sin ofrecer detalles sobre el objetivo.
La mañana del crimen, recibió una llamada que le indicó que una moto lo recogería y que debía borrar todas las conversaciones previas. “Me hizo una videollamada y me pidió que eliminara las cosas delante de él”, explicó. Al llegar al parque El Golfito, un hombre desconocido, identificado por sus gafas Cartier y tatuajes, le dio instrucciones finales. “Me mostró una foto en un teléfono y me dijo: ‘Pille, toca acostar a este man’”, narró el joven.
A pesar de sus intentos de rechazar la tarea, fue amenazado: “Pero usted ya no se puede retractar, a menos que quiera que su familia esté en riesgo”. El hombre, conocido como Chipi, le dio instrucciones precisas sobre el uso del arma y el número de disparos. “Yo quiero que le pegue de seis a siete tiros o mínimo cuatro”, exigió Chipi, indicando que debía disparar “detrás del cuello”.
El testimonio también sugiere la complicidad de la fuerza pública. Chipi aseguró al menor que “la Policía ya está toda comprada” y que tendría cinco minutos para escapar tras el ataque. Además, el joven escuchó conversaciones que confirmaban que los escoltas de Uribe Turbay estaban informados y no intervendrían de inmediato.
La banda criminal había estado recolectando información sobre los movimientos de Uribe Turbay durante meses. Chipi entregó el arma al menor y le advirtió: “Guárdela, pero cuidado, no la vaya a disparar porque ya está preparada”. El joven reconoció a Uribe Turbay en el parque por la ropa que coincidía con la foto mostrada previamente.
Consciente del peligro que corría tras ejecutar el crimen, el menor sospechaba que sería eliminado para borrar cualquier evidencia. Reveló que uno de los celulares donde almacenaba pruebas de la planificación desapareció el día de los hechos. “El que botaron al río”, explicó. Cuando fue retenido por la comunidad y los miembros del esquema de seguridad de Uribe Turbay, ofreció entregar información sobre los autores intelectuales del magnicidio. Hasta el momento, la Fiscalía General no ha hecho referencia a este elemento crucial en la investigación.

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