Los socios del Club Unión ofrecieron un pomposo baile después del estreno de la película para celebrar su éxito. La cinta, compuesta por trece rollos y que duró poco más de dos horas, fascinó a los espectadores que rebosaron el Teatro Junín ese 6 de agosto de 1925. La alta sociedad antioqueña vista en pantalla, mujeres y hombres de la élite medellinense actuando en escenas de una historia de amor y sus dramas, grabada en los lugares más emblemáticos de la ciudad y sus alrededores. Los ricos de la época facilitaron sus casas y fincas con charcos y cafetales y caballerizas, y se prestaron ellos mismos para personificar hasta a los extras.

Señoras, señores y señoritas de la aristocracia de entonces actuaron incluso como monjas, mineros, cafeteros, ordeñadores y mendigos en la trama del roman

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