Uno quiere vender, otro alquilar, otro quedarse con la vivienda de los padres, la madrina o el tío soltero, pero no tiene ahorros para comprar la parte que le tocó a sus hermanos o primos. Es el inicio de las disputas que desencadena un testamento , incluso en las familias mejor avenidas, cuando entre varios se hereda un piso o casa familiar. Empiezan los desencuentros y las discusiones; si el conflicto se enquista acaba en los juzgados, pero el proceso puede eternizarse y los gastos que uno puede asumir de ese inmueble, para otros son una mochila con la que no pueden o, simplemente, no quieren cargar. La solución pasa, aun perdiendo, por vender esa herencia y, como mucho en dos semanas, olvidarse de facturas, reparaciones y conflictos familiares.
«Evite discusiones y largos procesos

Faro de Vigo

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