La guerra en Sudán no ha parado desde abril de 2023. Lo que comenzó como un choque de poder entre el Ejército sudanés (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) se convirtió en uno de los conflictos más brutales y menos atendidos por la comunidad internacional. Combates urbanos, limpieza étnica, ataques sistemáticos a civiles y desplazamientos masivos han convertido al país africano en el epicentro de “la peor crisis humanitaria del mundo”, según la ONU .

Tras el derrocamiento en 2019 de Omar al-Bashir , quien gobernó el país por casi tres décadas, surgió un vacío de poder que desencadenó múltiples golpes de Estado y tensiones entre fuerzas militares y paramilitares. La transición hacia un gobierno civil nunca se consolidó y dejó al ejército y a la RSF como actores dominantes, en

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