La primera Cumbre Celac-Unión Europea, organizada por el presidente colombiano Gustavo Petro, se celebrará en Santa Marta el 8 de noviembre, pero ya enfrenta serias dificultades. Este evento, que se esperaba fuera el más ambicioso de su mandato, se ha convertido en un reflejo de las tensiones geopolíticas actuales. La cumbre ha visto una notable caída en la lista de confirmaciones, con varios líderes europeos que han declinado asistir en las últimas horas. Entre ellos se encuentran figuras clave que habían participado en la última cumbre en Bruselas. Este revés no solo se debe a la agenda de los mandatarios, sino que también responde a las sanciones financieras y diplomáticas impuestas por Estados Unidos a funcionarios cercanos a Petro. Washington ha endurecido su postura hacia Colombia, acusando al gobierno de no cumplir con los compromisos internacionales en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad regional. Según el Financial Times, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el canciller alemán, Friedrich Merz, no asistirán al evento, lo que subraya el distanciamiento entre Europa y el gobierno colombiano. De los 27 estados miembros de la Unión Europea y los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), solo cinco líderes europeos y tres latinoamericanos han confirmado su asistencia, aunque sus nombres aún no se han hecho públicos. A pesar de este panorama, la canciller colombiana, Rosa Yolanda Villavicencio, ha asegurado que habrá representantes de Venezuela, y se abordarán temas como la presión de Estados Unidos sobre Nicolás Maduro y la crisis humanitaria en Gaza. La confirmación de última hora del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y del presidente de España, Pedro Sánchez, ha sido vista como un salvavidas simbólico para la cumbre. Su presencia podría ayudar a proyectar una imagen de continuidad en el liderazgo latinoamericano. Sin embargo, el mensaje de Europa es claro: el distanciamiento con Petro se intensifica. Un alto funcionario europeo comentó que "Colombia está pagando el costo de su giro diplomático", lo que pone de manifiesto la fragilidad internacional que enfrenta el país. La cumbre, que buscaba reposicionar a Colombia como un puente entre América Latina y Europa, se encuentra en un contexto de creciente tensión y ausencias significativas.
Cumbre Celac-Unión Europea: Tensión y Ausencias
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