La devastación fue tal que, la noche del 29 de octubre de 2024, Elisabeth González llegó a preguntarse si estaba pagando alguna pena. Lo pensó mientras caminaba con el agua por la cintura, casi flotando, por una V-30 arrasada, camino a València, suponía. “¿Qué he hecho mal?, ¿por qué esta inacción?”. Pero también se permitió hacerse una pregunta que le llevaba rondando por la cabeza durante las últimas horas, mientras intentaba salir de su coche casi anegado, mientras pedía refugio en un camión, mientras dudaba si la riada que arrasaba con todo podría tirar el vehículo de 12.000 kilos en el que esperaba a que pasara lo peor. La pregunta era: “¿hoy voy a morir?” . Lo ha reconocido durante su comparecencia en la comisión de investigación de la dana en el Congreso de lo
Elisabeth González, damnificada por la dana: “Hay una responsabilidad que se debe asumir y no puede pasar por aforamientos”
Levante-EMV2 hrs ago
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