Ignacio Garriga , secretario general de Vox y presidente del partido en Cataluña, será el encargado de negociar con el Partido Popular el relevo al frente de la Generalitat Valenciana. Garriga, que se desplazará en los próximos días a Valencia, tiene ahora un plazo de diez días para buscar con los de Feijóo un sustituto al popular Carlos Mazón .

Apenas dos días después de la dimisión del que fuera presidente de la Generalitat, también del partido a nivel regional, empieza a correr la cuenta atrás para que el y Vox encuentren «un candidato de consenso» que prosiga con las labores de la reconstrucción. En total, restan ahora diez días para que ambos partidos, que ya sellaron un acuerdo para cuentas públicas de la autonomía, encuentren a un nuevo president.

A partir de entonces, una vez que se haya seleccionado el candidato, habrá un plazo de hasta una semana para que en las Cortes valencianas decidan sobre el candidato. En caso contrario, es decir, de no haber acuerdo con Vox, se abriría una vía electoral prevista, en todo caso, para el próximo mes de marzo.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, que ha asegurado no temen en su grupo a una convocatoria electoral en la región, ha advertido al PP que serán «más firmes y más exigentes» de lo habitual en la negociación para sustituir a el ex presidente Mazón.

Este pasado martes, tal y como informó OKDIARIO, ambos líderes -Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP-, mantuvieron un primer contacto para acordar las bases del acuerdo y buscar un relevo a Mazón. Ambos coincidieron en «la necesidad de dar estabilidad» a un territorio «que sigue inmerso en un complejo y doloroso proceso de reconstrucción tras las riadas del pasado año».

Desde Santander, Feijóo ha defendido este miércoles que confía en «mantener la estabilidad» en la región valenciana y dar con un Gobierno que no se centre en otra tarea más que «en la reconstrucción» tras la DANA. A su juicio, trasladar a los ciudadanos valencianos a unas elecciones autonómicas, sería en este momento «una irresponsabilidad» de la que, de cara a otros comicios, «tomarían buena nota».