Las cámaras de videovigilancia tienen muchas más utilidades que su función original. Permiten a los responsables del metro o el tren conocer también cuando se dan aglomeraciones o problemas en algún andén. Las paradas de autobús, en cambio, son un ángulo ciego para los gestores del transporte público. Solo reciben esa información cuando el conductor aprieta el botón en el que avisa al centro de control que ya no cabe ni un alfiler más en su vehículo.
Una posible solución para dotarse de más y mejor información es la prueba piloto que acaba de iniciar Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en 14 paradas de la capital catalana. Una pequeña aleta instalada en la esquina de la marquesina recoge toda esa información que hasta ahora no tenían. Lo hace con unas cámaras a las que se les apli

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