En el fin de año, cuando tradicionalmente las familias compran productos, renuevan los arreglos navideños o sacan recursos para pintar la casa para esperar la celebración de la Navidad y el Año Nuevo , puede hacerse más visible el ‘fantasma’ de la inflación y, ojalá, no termine aguando la fiesta.

Muchos colombianos tendrán que apretarse el cinturón pese a que, si trabajan en la formalidad, recibirán sus primas y bonificaciones, o si se dedican al comercio y al rebusque , aumentarán sus ingresos por mayor demanda de productos.

Pero el panorama no está despejado para que se den las buenas nuevas que trae consigo la temporada decembrina. Los precios, en vez de estar bajando, se incrementan, porque la desaceleración de los mismos es más lenta de lo previsto. Ya lo sienten así los hogar

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