En varias regiones del suroccidente colombiano se está viviendo una situación tan grave como silenciosa: decenas de alcaldes se encuentran desplazados de sus municipios, despachando desde la clandestinidad o desde otras ciudades por miedo a ser asesinados por los grupos armados ilegales que controlan sus territorios.

Los más afectados son los mandatarios locales del Cauca, Putumayo y Nariño, donde el dominio de las disidencias de las Farc, bajo el mando de alias Iván Mordisco y alias Calarcá, y las estructuras del ELN han convertido a las alcaldías en objetivos militares.

SEMANA conoció que, en algunos municipios, los burgomaestres no pisan su despacho desde hace semanas por temor a un atentado, mientras que en otros casos han debido salir escoltados en operaciones discretas del Ejércit

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