El equipo ciclista que compitió en La Vuelta a España, Israel-Premier Tech, se queda sin uno de sus patrocinadores. La empresa canadiense Premier Tech ha anunciado este viernes su retirada “con efecto inmediato”.

“Aunque tomamos nota de la decisión del equipo de cambiar su nombre para la temporada 2026, la razón fundamental por la que Premier Tech decidió patrocinar al equipo se ha visto eclipsada hasta el punto de que resulta insostenible para nosotros continuar como patrocinadores”, ha anunciado la compañía en un comunicado, sin precisar los motivos.

La firma ha agradecido a los ciclistas y al personal los cuatro años que ha pasado representando al equipo ciclista —cuyo anterior nombre era Cycling Academy— y ha defendido a los grupos de interés en los que se centra (industrias, mercados, clientes y demás miembros): “Queremos que cada uno de ellos se sienta entusiasmado y orgulloso de estar asociado con Premier Tech, sus marcas, sus productos y sus servicios”.

El cambio de nombre fue anunciado el pasado 6 de octubre de cara a 2026, con el fin de alejarse de su “actual identidad israelí”. Entonces, la decisión fue compartida por el propio Israel Premier Tech en sus redes sociales y en su página web. “En el deporte, el progreso suele requerir sacrificios, y este paso es esencial para asegurar el futuro del equipo”, añadió.

En aquel comunicado se desvinculó de Sylvan Adams —el multimillonario amigo de Netanyahu que se valía del ciclismo para blanquear a Israel—, quien a partir de 2026 dejará de hablar en nombre del equipo, “centrándose en su papel como presidente del Congreso Judío Mundial en Israel”

Un mes más tarde, la desvinculación se ha acentuado hasta el punto de perder su principal co-patrocinador, que lo ha anunciado unilateralmente. Por el momento no se ha desvelado la nueva identidad de la escuadra.

La participación del equipo israelí en La Vuelta mientras el ejército de su país cometía un genocidio en Gaza despertó numerosas protestas en España el pasado mes de septiembre. Las movilizaciones contra la masacre fueron tales que impidieron la llegada de los ciclistas a la línea de meta en la última etapa, que tuvo que ser cancelada.