El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha optado por mantener una calculada ambigüedad sobre si sus tropas defenderían Taiwán en caso de una invasión china. A pesar de evitar una confirmación explícita, el mandatario ha lanzado una advertencia directa a Pekín, asegurando que el gigante asiático «conoce las consecuencias» que tendría cualquier acción militar emprendida durante su mandato.

Detrás de esta postura se encuentra ya en desarrollo la hoja de ruta militar de su administración para disuadir a China. El plan, presentado por Austin Dahmer, nominado para subsecretario de Defensa, se basa en una estrategia dual: una táctica de «negación» liderada por Washington y una «defensa por capas» que recaería directamente sobre la isla. Esta estrategia se materializa a través de demo

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