El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, enfrenta una crisis política significativa. Del 9 al 14 de febrero, él y el líder del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, se sentarán en el banquillo de los acusados. En medio de este contexto, la situación se complica con el partido Junts, que ha decidido bloquear todas las iniciativas que el Gobierno presente en el Congreso, a menos que hayan sido pactadas previamente. Esto ha llevado a muchos a considerar que los Presupuestos de este año están condenados al fracaso.

Sánchez ha manifestado su intención de presentar los Presupuestos, a pesar de que se prevé que sean rechazados. En una reciente comparecencia en Belém, Brasil, durante la COP30, afirmó: "Con nuevos presupuestos o no, España avanzará y el Gobierno seguirá con su hoja de ruta". Sin embargo, la realidad es que la falta de apoyo parlamentario ha dejado al Gobierno en una situación de parálisis, lo que ha incrementado su debilidad.

En los dos años de su mandato, Sánchez ha perdido el apoyo de dos socios clave: Junts y Podemos. Sin estos once votos, que incluyen siete de los independentistas y cuatro de Podemos, las iniciativas del Gobierno no pueden ser validadas en el Congreso. Esto ha llevado a una situación crítica, donde el presidente se enfrenta a la posibilidad de gobernar sin poder aprobar leyes fundamentales.

A pesar de la presión, Sánchez se aferra a la idea de que la economía española está en un buen momento. "Este Gobierno es el que más fondos europeos ha ejecutado. Eso explica el crecimiento y la modernización del tejido productivo", declaró. Sin embargo, el bloqueo de al menos seis leyes necesarias para recibir fondos europeos por parte de Junts complica aún más la situación. Estas leyes son esenciales para cumplir con los compromisos adquiridos con la Unión Europea.

El presidente ha insistido en que presentará los Presupuestos en el Congreso, aunque ya es consciente de que serán rechazados. La falta de una fecha concreta para esta presentación refleja la incertidumbre que rodea al Gobierno. En este contexto, Sánchez ha ofrecido un mensaje de diálogo, pero no ha proporcionado detalles sobre cómo planea manejar la gobernabilidad en un escenario donde carece de mayoría.

Sánchez ha tratado de mantener la cohesión entre sus socios, advirtiendo sobre el riesgo de que la ultraderecha llegue al poder. "España vive uno de sus mejores momentos de los últimos 45 años", ha afirmado, apoyándose en datos de crecimiento económico y creación de empleo. Sin embargo, la realidad política actual plantea serios desafíos para su administración, que se encuentra en una encrucijada crítica.