La imagen empieza a hacerse habitual: la videollamada de Marc Márquez desde Madrid a su hermano Àlex para felicitarlo en directo, en caliente. Lo hizo en Malasia al proclamarse subcampeón el sábado, lo volvió a hacer el domingo al ganar la carrera, y ahora también en Portugal al llevarse el pequeño el triunfo en la Sprint de Portimão. Una victoria, segunda en sábado para Àlex, que impide el anhelado primer éxito en MotoGP de Pedro Acosta.
“Tenía que arriesgar partiendo 5.º. Era difícil, pero hoy tenía algo más, me sentía superbien. El plan ha salido a la perfección”, decía un Àlex ya liberado con la plata, que se ha erigido en el jefe del Mundial en la recta final, ante la ausencia de Marc.
Duelo catalano-murciano
Pedro Acosta buscó su primer triunfo desde la salida, pero tropezó con un

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