En el lagunero barrio del Camino Real de La Villa reside una de las mujeres más longevas –y presumidas– de Canarias . Tras concluir su primer paseo de la mañana, Blanca Carracedo desayuna y se sienta en el sillón de su casa para recibir la visita de su hijo Roberto Marrero. A sus 102 años, todavía tiene tino –y la vista afinada– para combinar un collar voluminoso con una chaqueta tipo tweed. Todo un acierto que quizás se explique por su pasado como costurera.

En la localidad donde vive, todo el mundo la conoce. «Habla con todos los vecinos y a veces incluso les toma el pelo», afirma su hijo. Ella, al grito de «vamos niñas», advierte que ha llegado la hora de dar su segundo paseo, todo esto cuando apenas son las 11:00 de la mañana. Con su andador, pone el primer pie en la calle y cele

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