Aunque lo intuíamos, faltaba el pragmatismo que aportan los datos para aseverar con objetividad que la implantación de una tasa turística no afectaría a la ... llegada de turistas a cualquier lugar de las Islas. Vamos, que su imposición no frenaría los niveles de ocupación de los establecimientos hoteleros y extrahoteleros de nuestro Archipiélago.

A pesar de que la experiencia ya había sido ensayada con éxito en España, en los territorios de Cataluña, Baleares y Galicia, o que ciudades turísticas por excelencia dentro de Europa, como puede ser Roma, París o Amsterdam, hacía tiempo que la aplicaban con la máxima normalidad y eficacia, en Canarias siempre ha habido muchas reticencias a su implantación. Pese a que la tasa la pagarían los visitantes, no los empresarios del sector.

La intu

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