En el afán de firmar un acuerdo -mas no de alcanzar la paz-, se veía venir lo que hoy padecemos con preocupación. Desde que las Farc y Santos se empeñaron en crear una “justicia transicional” y un “tribunal” a la medida de los primeros, con el enunciado propósito de “equilibrar responsabilidades entre los actores del conflicto y garantizar un trato diferenciado, equitativo y simétrico a la Fuerza Pública”, era evidente que los cabecillas buscaban impunidad para sus crímenes de lesa humanidad y venganza contra los militares.

Durante los debates en el Congreso advertimos que la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) pretendía instituir un organismo estatal que tratara con benevolencia a los máximos responsables de atrocidades y persiguiera sin clemencia a los integrantes de

See Full Page