Dos veces al día, las aguas de la Bahía de Fundy, entre las provincias de Nuevo Brunswick y Nueva Escocia (Canadá), suben y bajan con una fuerza descomunal. En cada ciclo, millones de toneladas de agua entran y salen de la bahía, provocando mareas de hasta 17 metros de media , las más altas del planeta. Este fenómeno es clave en la vida de Ministers Island, una de las islas más curiosas del mundo .
A Ministers Island solo se puede acceder cuando la marea está baja. En este momento del día, queda al descubierto un camino de grava bajo el fondo del océano que los visitantes pueden cruzar en coche, autobús, bicicleta e incluso caminando. Sin embargo, cuando sube la marea, ese camino desaparece bajo varios metros de agua.
Esto hace que visitar la isla requiera de cierta organización, pues hay que saber en qué momentos del día podemos atravesar el camino. “Si te quedas en la isla después del horario permitido, podrías tener que esperar hasta 6 horas antes de poder cruzar de forma segura al otro lado”, señalan en la página web de este pintoresco lugar.
Hoy Ministers Island es un destino turístico y cultural muy popular de la zona. Gestionada por una organización sin ánimo de lucro, la isla ofrece visitas guiadas, senderos naturales, exposiciones históricas y eventos culturales. Además de tener un acceso peculiar, la isla también tiene un pasado histórico muy interesante.
Cuando Cornelius Van Horne compró la isla
Se cree que las primeras personas que habitaron Ministers Island fueron los Passamaquoddy , un pueblo indígena que se estableció en la región hace más de 13.000 años. Esta comunidad utilizaba la isla como campamento de verano, aprovechando la enorme cantidad de peces que había en la bahía.
El primer europeo que se estableció en la isla fue John Hanson, un colono leal al Imperio Británico que llegó en torno al año 1778, cuando la isla aún se llamaba Chamcook Island. Años más tarde, Samuel Andrews, un sacerdote anglicano proveniente de Connecticut, adquirió la propiedad y construyó una pequeña casa de piedra que aún se conserva. En ese momento, la isla comenzó a ser conocida con su nombre actual.
La historia de Ministers Island dio un giro en 1890. Ese año, Sir William Cornelius Van Horne , un importante empresario del mundo ferroviario canadiense, compró la isla. Van Horne construyó allí su residencia de verano, Covenhoven, una mansión de 50 habitaciones que todavía se puede visitar. Su influencia atrajo a otras familias adineradas a la zona, convirtiendo la isla en un destino turístico.
Tras la muerte de Van Horne en 1915, la isla pasó por distintos propietarios. En la década de 1970, el gobierno de Nuevo Brunswick intervino para evitar su subasta y, en 1978, la declaró sitio protegido. En 1996, el gobierno del país la reconoció oficialmente como Sitio Histórico Nacional , destacando su valor arquitectónico, paisajístico y cultural.

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